sábado, 18 de julio de 2009


Los ceviches, que son el fuerte del Chimborazo, se pueden pedir al estilo panameño y al estilo peruano: básicamente iguales, excepto que los peruanos vienen con su debida ración de camote, maíz y cebolla morada encima. Pedimos el de pulpo, que estuvo absolutamente extraordinario. El pulpo estaba en su punto, fresquito; el ácido del limón, el cilantro picadito y la cebolla morada te explotaban en la boca. Un mordisquito de esto, otro de camotito dulce y te vas al cielo. El de corvina, otra historia. La primera vez lo echamos para atrás porque evidentemente era cualquier cosa, menos corvina. El segundo estuvo sabroso, pero francamente, el componente visual se vio afectado. Un elemento crucial para un buen ceviche es el cuchillo. Este, o no tenía filo, o lo blandía Jack el Destripador. Pero sabroso al fin y al cabo. Y AMAS DE ESO TENEMOS EL FAMOSO HORNADO DE RIOBAMBA